Radiografía de chica con tatuaje
laiavalldosera | 17 març 2013Hace unos minutos he acabado de leer el libro cuyo título consta arriba. Me han bastado dos días para leerlo y tan solo dos minutos para darme cuenta de lo mucho que me ha gustado, ¿Qué digo, gustado? Encantado, intrigado, impactado y !yo qué sé cuantas cosas más!
Creada ya la intriga, os explicaré un poco por encima cuáles son los hechos culpables de mi exaltación. Carla; de mi misma edad, Diego; cuatro años mayor, y la noche de su primer aniversario como pareja; una noche de pasión finalizada con un crimen. El acusado es Diego, quién tiene todas las pruebas de una violación acabada en asesinato en contra, y la protagonista es Carla, que toma el papel de detective al sentirse responsable del follón porque, a sorpresa de todos, ella no estaba con él esa fatídica noche. Y entonces, ¿dónde está la pasión mencionada antes? Pues el caso es que Diego engaña a su novia en su fecha señalada con tan mala suerte que su casa acaba siendo el escenario de un crimen. El chico jura ser inocente y la novia, aún engañada, lo cree e inicia una investigación, por su cuenta, para descubrir el verdadero rostro del asesino.
Pasaré al final porque esto se está convirtiendo en un resumen de un libro y, aunque muy sea bueno (el libro, no el resumen), ésa no era mi intención. El caso es que Carla consigue averiguar la verdadera historia que, tal como lo veo yo, no es mejor que la anterior. Resulta que la ex novia de Diego, obsesionada en volver a conquistarlo, entra en escena esa noche con la intención de matar a Carla. Pensándose que la chica con la que Diego estaba en su casa era el objetivo, la apuñala por la espalda. Cuando la noticia sale a la luz, la chica se da cuenta del tremendo error cometido y, gracias a Carla, acaba pagando por ello. Cuando el asunto está finalmente zanjado, Diego sale de la cárcel pero Carla no quiere saber nada más de él. Ha decido que cada uno tiene que hacer su vida, continuar su camino, ella hacia arriba y él hacia abajo; ha decido que no permitirá que le arrastre a su mundo de drogas y gente muerta, ha decidido que, aún habiendo movido cielo y tierra para salvarlo, no lo quiere a su lado nunca más.
Me ha impactado mucho éste final, tenía que contárselo a alguien y, como mis padres han salido a dar una vuelta y aun no estoy tan mal como para hablar sola, pues os lo he contado a vosotros. Ahora mismo tengo esa sensación tan típica y a la vez tan complicada de describir, ese “no sé qué” en el cuerpo que se te queda cuando ves una película muy triste o cuándo encuentras un objeto que te trae recuerdos que ya tenías olvidados y enterrados. Espero que me entendáis, si no es así vamos mal.
He reflexionado un poco y mis conclusiones son un poco pesimistas. La pregunta es ¿Por qué actúa Carla de esa manera, desviviéndose por una persona que quiere bien lejos de ella? ¿Podría ser que solo quisiera limpiar su conciencia por no haber estado con él esa noche? ¿Podría ser que el ser humano, en el amor, actúa de forma irracional, desafiando a toda lógica? Podrían ser las dos cosas, ¿no? Carla quiere a Diego y lucharía con todas sus fuerzas para que todo fuese perfecto, para que incluso él fuese perfecto. Por otro lado, aplicando el uso de razón, no quiere estar cerca de él, no quiere formar parte de su vida. Finalmente, podríamos decir que acaba ganando la razón al corazón. No sólo eso, sino que acaba ganando ella, acaba pensando en sí misma más que en los demás, porque se valora más, se quiere más. Puede sonar un poco egoísta, de hecho lo es, pero también es lo correcto. Yo creo que todos tendríamos que valorarnos más a nosotros mismos, tendríamos que tener en cuenta lo que merecemos para saber lo que queremos.
Laia
Laia, fas una bona reflexió a partir de la teva lectura apassionant. L’únic problema és que si algú està llegint el llibre val més que no llegeixi també el teu resum, per evitar saber-ne el desenllaç!
De l’article m’ha agradat especialment que no et limitessis a resumir el llibre. La reflexió final és el que m’ha interessat més.
No paris de llegir ni d’escriure!
Josep Maria